James creció en una granja fuera de Ciudad del Cabo, aprendiendo de primera mano los desafíos que enfrentaban su familia y la comunidad de productores. Años después, en la universidad, conoció a Benji y juntos decidieron ver cómo podían usar sus habilidades combinadas en aeronáutica y aprendizaje automático para encontrar formas de resolver los desafíos que enfrenta el sector agrícola.

Al principio, James y Benji reunieron un equipo para ensamblar sus propios drones y volarlos en la granja de la familia de James. Pronto pudieron validar que podían usar inteligencia artificial para procesar imágenes aéreas e identificar problemas invisibles a simple vista.

Quedó claro que más allá de los árboles sanos, la estimación del rendimiento es una de las preguntas más desafiantes de responder en la agricultura, así que reunieron a un equipo de expertos en aprendizaje automático y ciencia de datos para ayudar a los productores a resolver este problema. 

Hoy, hemos medido y analizado millones de piezas de fruta para ayudar a productores, empacadores y transportistas de fruta a mejorar sus salidas y rentabilidad.